Segundo Imperio Alemán
Ese equilibrio se basaba en la compleja red de tratados (públicos y secretos) que había trazado el canciller Otto von Bismarck. Este quería garantizar la supervivencia del Imperio alemán recién construido. Era consciente de que su mayor debilidad era la de ser una potencia rodeada de grandes potencias (Francia, Austria-Hungría, Rusia), por lo que le sería muy difícil sobrevivir a un ataque coordinado entre dos o tres de ellas. La más peligrosa de todas era Francia, a la que había vencido en 1870 infligiéndole una derrota humillante de la que salió el Segundo Imperio alemán con la proclamación de Guillermo I de Prusia como káiser (emperador) en el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles en enero de 1871. La imposición en el tratado de paz de la entrega de dos valiosos territorios franceses (las regiones fronterizas con Alemania de Alsacia y Lorena, en las que vivía una porción importante de población germanoparlante). En Francia la derrota supuso la desaparición del Segundo Imperio Francés y la proclamación de la Tercera República que alimentó la idea de una guerra de revancha contra Alemania para recuperar los territorios perdidos. Esta corriente política se llamó "revanchismo".
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